"Animecha Kejtsitakua"
Desde que tengo memoria he tenido la oportunidad de apreciar junto con mi familia, las tradiciones del día de muertos en nuestro estado, concretamente del municipio de Tzintzuntzan. He tenido la oportunidad de ver personas que creen y tiene fe en estas costumbres mexicanas, y me es muy apasionante haber vivido tales hechos. A continuación presentaré mi experiencia de este noviembre de 2017 al presenciar una noche más de día de muertos en este gran pueblo.
Todos los años sin ninguna excepción hasta el momento, visito los panteones del pueblo mágico de Tzintzuntzan en el transcurso de la noche del 1 al 2 de noviembre. He vivido más de diez noches de muertos a lo largo de mi vida, y aún así no me canso de volver a visitar aquellos panteones que se visten de naranja para sus difuntos una sola vez al año. Este año, como los demás, visité mediante un recorrido de unas dos o tres horas los dos panteones de Tzintzuntzan así como su atrio, deteniéndome de vez en cuando a tomar fotografías y comer algo.
Cada vez que termina octubre, siento una gran emoción al saber que se acerca esta celebración, y lo primero que se me viene a la mente son todas las tradiciones que prepara el pueblo p'urhépecha para esa noche tan especial.
Sin embargo, este año tuvo la peculiaridad de venir con una reflexión que fui desarrollando a lo largo de mis recorridos por los panteones: "Al ver a todas esas personas que han heredado a lo largo de los años, estas costumbres y ritos, recordé a una discusión que tuve con mi maestro de historia de méxico en la secundaria, en la cuál discutimos con mi grupo acerca de si el día de muertos era una tradición meramente mexicana o si era una alteración ocasionada por los españoles en el momento de la conquista. Elementos como cruces, oraciones, marcan que evidentemente tiene una fuerte presencia católica/cristiana, pero contrarrestan el copal y las flores locales evidenciando que también existe una influencia prehispánica. Pero entonces, yo pensé:" ¿Qué es México sino una mezcla entre la cultura española y la mexicana (e incluso me atrevo a decir, la árabe)?, sea el día de muertos una tradición prehispánica (que, personalmente dudo que haya sido similar a la existente hoy día), un injerto de la religión que nos brindaron los españoles o sea una gran combinación entre las últimas dos opciones y chamanería, es una tradición mexicana, que nos hace quienes somos y define nuestras costumbres en este mes. Sin importar cuales sean sus orígenes, el día de muertos nos enseña grandes lecciones que poseemos como nación, como simplemente recordar a los seres queridos, la unidad de la familia, la burla hacia la muerte, hacia el que hay más allá de la muerte y se puede regresar".
Eso pienso yo del día de muertos, gracias a las experiencias que he tenido de este. Espero, esta nota haga un giro en la idea que la mayoría de la población mexicana y el mundo tiene acerca de esta bella tradición, de que no so solo ridículas ideas que usamos para llamar al turismo y la atención, sino que es en serio una legado cultural mexicano.
A continuación, unas fotografías que he tomado a lo largo de los años de visitar los panteones de Tzintzuntzan:
Altar en panteón de Tzintzuntzan 2017
Hombre y mujer velando el altar de muertos 2016
Todos los años sin ninguna excepción hasta el momento, visito los panteones del pueblo mágico de Tzintzuntzan en el transcurso de la noche del 1 al 2 de noviembre. He vivido más de diez noches de muertos a lo largo de mi vida, y aún así no me canso de volver a visitar aquellos panteones que se visten de naranja para sus difuntos una sola vez al año. Este año, como los demás, visité mediante un recorrido de unas dos o tres horas los dos panteones de Tzintzuntzan así como su atrio, deteniéndome de vez en cuando a tomar fotografías y comer algo.
Cada vez que termina octubre, siento una gran emoción al saber que se acerca esta celebración, y lo primero que se me viene a la mente son todas las tradiciones que prepara el pueblo p'urhépecha para esa noche tan especial.
Sin embargo, este año tuvo la peculiaridad de venir con una reflexión que fui desarrollando a lo largo de mis recorridos por los panteones: "Al ver a todas esas personas que han heredado a lo largo de los años, estas costumbres y ritos, recordé a una discusión que tuve con mi maestro de historia de méxico en la secundaria, en la cuál discutimos con mi grupo acerca de si el día de muertos era una tradición meramente mexicana o si era una alteración ocasionada por los españoles en el momento de la conquista. Elementos como cruces, oraciones, marcan que evidentemente tiene una fuerte presencia católica/cristiana, pero contrarrestan el copal y las flores locales evidenciando que también existe una influencia prehispánica. Pero entonces, yo pensé:" ¿Qué es México sino una mezcla entre la cultura española y la mexicana (e incluso me atrevo a decir, la árabe)?, sea el día de muertos una tradición prehispánica (que, personalmente dudo que haya sido similar a la existente hoy día), un injerto de la religión que nos brindaron los españoles o sea una gran combinación entre las últimas dos opciones y chamanería, es una tradición mexicana, que nos hace quienes somos y define nuestras costumbres en este mes. Sin importar cuales sean sus orígenes, el día de muertos nos enseña grandes lecciones que poseemos como nación, como simplemente recordar a los seres queridos, la unidad de la familia, la burla hacia la muerte, hacia el que hay más allá de la muerte y se puede regresar".
Eso pienso yo del día de muertos, gracias a las experiencias que he tenido de este. Espero, esta nota haga un giro en la idea que la mayoría de la población mexicana y el mundo tiene acerca de esta bella tradición, de que no so solo ridículas ideas que usamos para llamar al turismo y la atención, sino que es en serio una legado cultural mexicano.
A continuación, unas fotografías que he tomado a lo largo de los años de visitar los panteones de Tzintzuntzan:
Altar en panteón de Tzintzuntzan 2017
Hombre y mujer velando el altar de muertos 2016
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